lunes, 4 de enero de 2016

EL ÚLTIMO ADIÓS



Admito que no era mi intención adquirir este libro cuando encaminé mis pasos a “La Casa del Libro”. Tenía en mente otros y este no entraba ni en la categoría de “posible”. De hecho, el motivo por el que me fijé en él fue que estaba en la sección de “Novedades” y yo tampoco estaba por la labor de patearme toda la tienda a pesar de que cualquier otro día hubiera estado encantado. Sin embargo, ese día estaba cansado. Las compras de Reyes me habían hastiado.
Todos esos factores confluyeron para que este libro acabase en mi poder. Cuando leí la sinopsis tuve un nuevo aliciente para gastarme con gusto mi dinero en esta obra.
Ahora, no podría estar más orgulloso de mi decisión, al sumergirme en las páginas creadas por Kate Morton. Decir que es una lectura fácil sería quedarse corto, y todo ello gracias a una escritura fluida y rica en detalles, lo que provoca que cierres el libro e, instantes después, vuelvas a retomar la lectura donde la dejaste, ansiando avanzar en la historia de la mano de los diferentes personajes que tan bien construidos están.


Una trama adictiva que nos traslada de época en época. De 1911 a 2003, pasando por los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. La desaparición del hijo menor de la familia Edevane en la monumental mansión de estos es el motor con el que arranca esta historia. Un misterio que, como una piedra en la superficie de un estanque, creará ondas hasta los años actuales, haciendo que la inspectora Sadie Sparrow, en retiro forzoso de su trabajo, ahonde en las causas que llevaron a un niño pequeño el desaparecer delante de todo el mundo sin ningún tipo de pista.
Una madeja enmarañada que el lector irá deshilachando junto a los personajes, siempre con la sensación de que nadie es quién dice ser.



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